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Cómo llevar tus ideas a la práctica

Es muy común que las personas tengan muchas ideas, pero a la hora de la verdad no saben cómo darles forma para poder llevarlas a la práctica y empezar a ver progresos. Al final, no avanzan con ninguna idea y se quedan como están… ¿Qué podemos hacer para poner en marcha nuestras ideas y comenzar a ver progresos y resultados?

La principal razón por la que nos quedamos bloqueados, es la de siempre: exceso de información. En este caso, exceso de ideas. Esto es muy común en personas altamente creativas y en emprendedores a los que nos gusta aprender. Cada cosa nueva hace que se nos ilumine una bombillita y que nos surjan ideas, aunque al final puede que tengamos un montón de ideas, pero que se nos olviden o las dejemos abandonadas.

La primera recomendación sería tener una libreta (o archivo en el ordenador o bloc de notas en el móvil) para apuntar esas ideas y que no queden en el olvido. Una libreta exclusiva para eso, así en cuanto se nos ocurra algo lo dejamos apuntado, y no solo ya no se nos olvida, sino que te libera la cabeza. De hecho, apuntar las cosas es muy liberador y te lo recomiendo mucho. Importante que sea una libreta o archivo exclusivo para eso, que no tengamos luego que rompernos la cabeza pensando dónde habíamos apuntado esa idea que tuvimos el otro día. Y si eres de apuntar en servilletas, pues lleva una carpeta donde guardarlas o hazles una foto con el móvil o usa una grabadora. La cuestión es tenerlas todas en un mismo sitio.

Si además estamos inspirados y queremos desarrollarla un poco, mejor que mejor, luego es muy probable que no recordemos bien por qué nos pareció tan buena idea o qué hacer a partir de ella.

El segundo paso, y otra de las razones por las que muchas veces nos quedamos atascados, es que quien mucho abarca, poco aprieta. Si tenemos muchas ideas, no podemos centrarnos en todas o no lograremos nada. Así que lo que toca ahora es hacer una selección de la (o las, pero un número limitado, ya deberías conocer tus límites) idea que vamos a elegir para ponerla en práctica ya. Podemos incluso ir priorizando y ponerle una fecha a cada una. Por ejemplo, si nos han surgido ideas para nuevos servicios o cursos para tu web, podemos determinar cuándo querríamos tener listo cada uno (aunque luego podemos modificar las fechas), eso nos hará tener una idea más clara de por dónde empezar.

Hay cosas que son factibles en poco tiempo, otras requerirán más tiempo, esfuerzo u otros recursos. Algunas podremos hacerlas ahora y otras a lo mejor es más realista posponerlas. Por ejemplo, si tenemos una lista de cursos a los que nos gustaría apuntarnos y todos nos encantan y empiezan más o menos a la vez, es bueno pensar en el tiempo y energía que tenemos. A mi apuntarme a zumba estando embarazada pues no me apetece mucho, lo dejo para después. Seguir con doblaje sí es factible, un curso online, también. Analiza todos tus recursos actuales: interés, energía, tiempo, dinero.

Una vez que hemos establecido nuestras prioridades y hemos elegido por dónde empezar, gran parte del caos desaparecerá y nos sentiremos más centrados y motivados. Ahora es momento de pensar qué es lo que requiere exactamente esa idea. Hay personas que ya sólo sabiendo por donde empezar no necesitan más y son capaces de ir avanzando y viendo progresos. Pero quizá tú sigas algo bloqueado porque, aunque hayas elegido, no sabes cómo ponerlo en práctica. En ese caso esto es lo que puedes hacer:

  • Divídela en partes que, dependiendo de tu disponibilidad de tiempo, serán más o menos grandes. Por ejemplo, yo tengo una clienta con un trabajo intenso que además tiene muchos imprevistos, por tanto si sus objetivos son demasiados grandes no avanza porque no tiene tiempo para llevarlos a cabo. En su caso fue muy útil dividir cada proyecto en microtareas que pudiera llevar a cabo en los pequeños ratos que tenía entre imprevistos, y así sentía que avanzaba (y de hecho lo hacía, claro, pero muchas veces es igual de importante sentirlo que hacerlo).
  • Al igual que antes, si puedes pon una fecha estimada a cada parte y ordénalas por importancia. ¿Qué es lo que más hará avanzar a tu proyecto ahora mismo? Esa es tu prioridad.
  • Empieza por la primera y si ves que es demasiado es que no has calculado bien, así que vuelve a dividirla en pasos más pequeños.

La cuestión es que tienes que tener clarísimo qué tienes que hacer respecto a cada idea. Que veas tu lista de ideas y digas “esta para el mes que viene, esta la volveré a considerar más adelante, esta la empiezo ahora”. Así te despreocupas del resto hasta que toque. Y respecto a la elegida también tienes que tener clarísimo cuáles son los pasos a seguir, para que cuando te pongas a trabajar no tengas que pensar qué hacer o por dónde empezar, simplemente ponerte en marcha. Así es como verás avances y resultados. Y esto es aplicable tanto a tu negocio como a tu profesión y vida personal.

¿Qué parte vas a poner en práctica tú?

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