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Crowdsourcing, un nuevo modelo de negocio

Crowdsourcing, neologismo que proviene de la conjunción de las palabras anglosajonas “crowd” (multitud) y “source” (fuente), suele ser traducido al español como “tercerización masiva”, y es un nuevo modelo de negocio a través de Internet, por el cual un trabajo concreto, como la producción de contenido, no es delegado a una persona o a una empresa, sino a un público masivo, generalmente integrado por individuos anónimos. Puede tratarse de los usuarios de un sitio web o de público en general, sometido a un mensaje propagandístico.

El crowdsourcing, como operativa de trabajo, puede ser aplicado a casi cualquier área. Ya existen muchos sitios web que funcionan bajo este precepto y ofrecen sus servicios para diversas tareas, como la programación o el diseño de logos. En todos los casos, el sistema recurre a las posibilidades que permite la popularización masiva de Internet. Aquí haremos un recorrido por la historia del crowdsourcing y las diferentes modalidades que adopta.

Los inicios del crowdsourcing
El primero en tratar analíticamente el tema del crowdsourcing fue Jeff Howe, un editor de la revista tecnológica Wired, quien señaló la relación existente entre el origen del crowdsourcing y el software de código abierto u open source. El software de código abierto le brinda la posibilidad, a cualquier usuario, de editar la programación, de forma tal que el desarrollo se da colaborativamente por los mismos usuarios de las aplicaciones.

Las experiencias tentativas vinculadas al aprovechamiento del alcance de Internet para la solución a un problema son innumerables, e incluyen casos extravagantes como el del blog red paperclip, que le permitió a un joven, a través de sucesivos canjes y al cabo de un año, trocar un clip de papel por una casa. Otro ejemplo de enorme resonancia mediática fue el de otro joven que, gracias a una página web y la ayuda de los internautas, logró encontrar a una muchacha de la que se había enamorado en el metro de Nueva York.

De Wikipedia a Google Maps
Uno de los ejemplos más conocidos de crowdsourcing es la afamada enciclopedia Wikipedia, cuyo contenido es generado, actualizado y mantenido por los propios usuarios de la web. La idea de utilizar al crowdsourcing como generador de contenidos no necesariamente se limita a la escritura de textos, como lo demuestra el servicio Google Maps de Google, por el cual los usuarios indican la ubicación de comercios, instituciones y demás referencias. Esto permite un crecimiento exponencial de las bases de datos de estos servicios, que son alimentadas continuamente, por internautas de todo el mundo.

ReCaptcha, la digitalización automatizada de libros
ReCaptcha es un servicio que consiste en un pequeño casillero que, adicionado a cualquier sitio web, permite corroborar que los usuarios de los sitios sean reales y no aplicaciones automatizadas. Lo interesante de ReCaptcha es que por debajo de este servicio anti-SPAM funciona un sistema de crowdsourcing no muy conocido: cada vez que un usuario tipea las palabras que figuran en la imagen que se le presenta, está digitalizando palabras de un libro, una tarea que las aplicaciones existentes de reconocimiento de texto no logran realizar con eficacia.

Beneficios y polémicas del crowdsourcing
El crowdsourcing representa un beneficio claro para quien da comienzo a las iniciativas, ya que le permite obtener resultados de calidad por un bajo costo, sea cual fuese el trabajo a realizar. Es común encontrar objeciones a esta modalidad de trabajo, fundamentalmente basadas en que se está “utilizando” a los usuarios para la obtención de un rédito, lo cual incluso suele asociarse a la explotación laboral. Sin embargo, por el momento no existen casos judiciales, ni quejas por parte de los usuarios. La popularización de los sitios web basados en crowdsourcing hace suponer que el modelo llegó para quedarse.

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