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Emprendedores y conciencia ecológica

El pensar en emprender es sin duda alguna pensar en innovar. En un mundo en que la competencia puede revelarse como algo duro e implacable para cualquier idea que busque hacerse un lugar en el mercado, la única alternativa es hacer algo diferente, y además, hacerlo de forma distinta.

La idea no es solamente ofrecer un producto o servicio que cumpla con el requisito de llenar un hueco u ocupar un nicho que estaba vacío en el mercado. Ideas puede haber muchas. La cuestión en emprender también está en hacer las cosas de una forma diferente: seguir rutas distintas que nos hagan verdaderamente destacar ante los potenciales consumidores.

Y es en ese sentido que asumir compromisos de comportamiento diferentes a las de las marcas y empresas que solamente buscan ganar a toda costa puede revelarse como una idea interesante y no solo redituable a la larga, sino también una que nos permitirá ser emprendedores, empresarios y personas íntegras y con una conciencia tranquila. Hay varios “códigos” de conducta empresarial que podemos suscribir, por ejemplo, el ser una empresa socialmente responsable, buscando la satisfacción y el buen clima entre los empleados, dándoles apoyo en cuestiones familiares, proporcionando condiciones de equidad de género, de que los empleados puedan equilibrar su tiempo de trabajo y su tiempo familiar, entre muchas otras políticas concretas que se traducen en una imagen transparente hacia los potenciales consumidores.

Otro compromiso que es muy interesante adquirir como novel empresa, es sin duda una conciencia ecológica. El tomar medidas simples como pensar el local de la empresa, o la producción si se trata de una pequeña fábrica con medidas para potenciar el uso eficiente de la energía en todos sus medios, utilizar insumos reciclables y cuando se trata de start-ups que tienen que ver con insumos agropecuarios, decantarse siempre por materias primas orgánicas, sin pesticidas y producidas con respeto a la naturaleza.

Ejemplos de empresas que se han volcado a tener y mostrar a sus consumidores que poseen una conciencia ecológica y que han hecho de esta decisión incluso una punta de lanza en su estrategia de marketing, hay muchas y vemos que en distintas latitudes, las empresas que deciden no sólo ofrecer algo distinto sino netamente ser diferentes han podido posicionarse y ganar un espacio significativo de su mercado meta. (La empresa fabricante de cereales inglesa Jordan’s es un buen ejemplo al respecto)

Como en todos los ámbitos de la vida, la autenticidad y los compromisos éticos bien asumidos, entre los cuales sin duda la conciencia ecológica juega un rol esencial, no pueden generar nada negativo, mucho menos para un emprendedor que quiere establecer su marca desde cero. Un despegue fundado en principios y acciones ecológicamente saludables es parte de los pasos adecuados a dar en el principio de cualquier emprendimiento comercial.

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