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Enfocandose en el objetivo

El espíritu altruista, propositivo, proactivo y resolutivo del emprendedor, le puede llevar a asumir procesos que no son de su competencia o sentido misional. Quienes hemos dedicado nuestra vida al servicio social, fácilmente nos enganchamos en procesos que propenden por fines necesarios, pero el mayor esfuerzo que debemos tener, está en el enfocarnos en el objetivo y darle continuidad a las acciones; de lo contrario, vamos a desviarnos fácilmente del objetivo, con la visión envolatada.

La sociedad actual es compleja y altamente sobre estimulada; todo el tiempo estamos recibiendo descargas y bombardeos de información que en ciertos casos, se hace difícil controlar. Uno de los fenómenos sociales de nuestro tiempo, es la dispersión; personas dirigen su mirada hacia diferentes frentes, y congestionan la mente con tanta información, que en muchos casos, ni siquiera vale la pena procesar; ya que es insulsa y netamente publicitaria.

El gran reto que tenemos los educadores, lideres, comunicadores, es lograr captar la atención de las personas, quienes están sumergidas en la avalancha informativa, a lo cual se añade, la débil capacidad de concentración, disciplina mental y de estudio. El poder de la palabra, ha ido siendo desplazado progresivamente, por el efecto audiovisual. Las personas no solo están dispersas y distraídas, sino que son susceptibles a recibir más información, que les incrementa su nivel de dispersión.

Pero esta situación no escapa al emprendedor que debe hacer grandes esfuerzos, para concentrarse en el objetivo y enfocarse en su labor emprendedora. De alguna manera, la mayoría de las personas, tenemos la experiencia que el camino se va estrechando; en un principio, las posibilidades son múltiples, como lo son los proyectos y las actividades, en las que nos ocupamos; pero esto va cambiando con el paso del tiempo, y el proceso de depuración es una situación obligada. Lo que un emprendedor debe aprender a diferenciar entre decantamiento y desencantamiento.

  • Decantamiento, es el proceso natural que nos conduce a enfocarnos y especializarnos en una tarea especifica, que está alineada con nuestro proyecto vital o sentido misional de vida. Llega un momento en la vida, en el cual entendemos, que no hay tiempo que perder, y que aquello que debe hacerse, debe meterse en el compresor del tiempo. Ya que nada, resulta mas implacable, como el transcurrir del tiempo; y aquello que se no se hizo cuando se tenía la oportunidad, difícilmente podrá hacerse en otro tiempo y espacio.
  • Desencantamiento: Hay dos tipos de desencantamiento, uno natural y necesario; y es aquella merma emotiva en relación a etapas y ciclos concluidos; la vida avanza, y aquello que nos cautivaba de chicos, ya no nos cautiva de adultos; porque hacen parte de ese proceso natural evolutivo. Esto no significa que se pierda algunas cualidades de los niños como es la capacidad de asombro, o de los jóvenes, como es su espíritu osado y aventurero. Pero hay otro desencantamiento, y este si puede resultar lesivo, y es cuando el emprendedor se desencanta de sus sueños y su pasión se mengua. Esta parte, demanda una tratamiento urgente, para lograr ese cambio de actitud y recobrar la vitalidad emocional que caracteriza al emprendedor.

Coordenadas en el radar del emprendedor

Como en el caso de un radar, que señala la presencia de elementos extraños, pero que de igual forma indica, el camino despejado que representa seguridad para la tripulación; en la vida del emprendedor, existe una especie de radar, que debe indicarle de manera inmediata, la presencia de elementos extraños, como contar siempre con un radio acción enmarcado en unas coordenadas, que le guían por el camino hacia la meta. Para hacer practico el ejercicio, revisemos que debe tener en cuenta el emprendedor y su radar de acción:

  • Las coordenadas: Son los puntos que señalan el radio de acción en el cual se mueve el emprendedor; marcan limites, señalan el camino, dan un sentido de ubicación y destino. Un emprendedor debe saber con exactitud, donde está y hacia donde se dirige; mantenerse enfocado en su destino.
  • Los elementos extraños: Que deben ser fácil y rápidamente identificables. En el caso de un emprendedor, son todas aquellas proyectos o actividades que pueden ser amenazantes para el desarrollo normal del plan o bitácora de viaje en que se dirige. Un emprendedor debe aprender el sencillo principio de saber que hay muchas cosas que pueden ser legítimas hacerlas, pero no son convenientes, frente al objetivo que tiene por delante. Un emprendedor demuestra su madurez y pericia decisional, al saber discernir con el criterio y juicio correcto.
  • Las señales de alerta o alarma. En la vida hay muchas señales que nos indican si estamos haciendo bien o no las cosas; y estas no solo están relacionadas con los resultados en el trabajo; sino con otras áreas de vital importancia en la persona del emprendedor; por ejem´plo; su estado y condición de salud; las relaciones con su familia, esposa e hijos; sus estado de ánimo y manejo de estrés; sus relaciones con su equipo de trabajo o compañeros. Hay aspectos de la vida, que si están fuera de balance, dentro de poco, estarán fuera de control.
  • Sistema defensivo y ofensivo. La guardia área o naval, esta preparada para tomar acción inmediata cuando se detecta la presencia de elementos extraños; de antemano están definidos con precisión los protocolos en caso que esta situación se presente; en todo caso, siempre se contara con la voz de autoridad y mando, que dará la orden final, según sea la situación. Un emprendedor, cuenta con un programa de administración personal que le permite determinar que hacer o cómo manejar su vida, roles, relaciones y responsabilidades, manteniendo el balance y el equilibrio.

Protocolos de seguridad

  1. Mantenga la mirada puesta en el objetivo
  2. Aprenda a vivir por principios y prioridades
  3. Viva por balance, administre bien el tiempo
  4. Cultive y proteja sus relaciones
  5. Evite los distractores
  6. Siga el plan, no improvise
  7. Sea flexible, cuando sea necesario
  8. Haga las cosas bien, con calidad
  9. Controle sus emociones
  10. Cuide su salud
  11. Escuche a expertos y no expertos
  12. Alimente su espíritu

Afinando la puntería

Cuando somos chicos, al menos en nuestro país pasa eso, nos da temor que seamos alistados para el ejercito, a prestar el servicio militar obligatorio; unos porque definitivamente no les interesa entregar un año de sui vida a las fuerzas militares, tienen otros sueños y objetivos; otros, porque temen las duras pruebas y disciplinas a las que estarán sujetas; y otros, simplemente, tienen otros planes. Y es una de las pocas veces, que agradecen, el no gozar de una plena aptitud física; lo que significa, no calificar para la vida militar; una de las razones, la escasa visión. Aunque sabemos que en algunas áreas administrativas, esta situación no es una limitante. Sin embargo, es incuestionable, que un soldado debe no solo gozar de buena visión, sino de una excelente puntería. Dos habilidades que están presentes en la vida de un emprendedor.

  • La visión: En este caso, no la física, pero si aquella capacidad para anticiparse al futuro; de concebir realidades intangibles e invisibles para la mayoría. El emprendedor, es también un soñador. La humanidad ha evolucionado, gracias a emprendedores soñadores, que no se quedaron solo en el sueño, sino que emprendieron acciones estratégicas para convertir ese anhelo en una realidad. Un sueño, más un plan llevado a la acción, es una realidad que puede cambiar el mundo; pero solo soñar es un espejismo.
  • La puntería: En la artillería, es básicamente poner la bala o proyectil en el blanco u objetivo. En el mundo del emprendimiento es lograr la meta, alcanzar el sueño. Y para esto también se requiere un sentido de orientación y una avezada habilidad, que resulta del entrenamiento juicioso; y de algo que ya hemos mencionado, concentración; es decir, poner la mirada en el centro; centrarse en el objetivo.
  • La técnica: Todo en la vida tiene su ciencia y su técnica, cuánto más, cuando se opera un artefacto complejo o sofisticado. Los avances tecnológicos han llevado al hombre a entender, que para el más sencillo dispositivo, se requiere de un manual o instructivo, y que se requiere de un conocimiento básico, que garantice el buen uso y aprovechamiento de las funciones del equipo. En el mundo de los emprendedores, la ciencia no está ausente; por el contrario, en este sentido, se ha avanzado en la construcción de conocimiento. La motivación para hacer las cosas no es suficiente, hay que saber hacerlas. Nada resulta más lesivo para un proceso, que la imprevisión y la improvisación. Tampoco basta la técnica, ya que se puede manejar el conocimiento, pero no se cuenta con la actitud correcta que garantice el éxito en la gestión.
  • El proyectil: representa el recurso que nos dará la victoria, y este no puede desperdiciarse; cuanto más, cuando se cuenta con una sola bala. Es decir, la vida no siempre nos ofrece recursos de derroche, sino en déficit; las cuales debemos saber administrar con eficiencia, eficacia y efectividad. La vida en si misma, es una sola, y debemos saber como la vamos a aprovechar, es la única opción que tenemos; no la podemos perder ni desperdiciar.
  • El procedimiento: De la manera que existe la técnica, está el procedimiento, que hace alusión, a cómo deben hacerse las cosas, para que queden bien hechas. Cuando alguien maniobra un arma, sea en combate o en polígono, se requiere de por lo menos doce pasos, antes de liberar el proyectil: Verificar que el arma esté descargada; municionar; colocar el proveedor en su lugar; accionar el arma para que el proyectil quede listo; apuntar al objetivo; desasegurar el arma y disparar cuando el objetivo sea abatible. Un emprendedor debe conocer los pasos a seguir para llegar a su objetivo, no basta con el deseo o las ganas, se requiere de instruir, instrumentar y protocolizar el accionar.
  • La oportunidad: El soldado sabe en qué momento justo, libera el proyectil, de igual manera, el emprendedor, identifica el momento justo para tomar acción efectiva; en este sentido, debe ejercitarse en una de las habilidades que todo líder debe poseer, la pertinencia; a aprender a identificar el momento justo; no antes, porque puede ser apresurado, no después, porque puede ser tarde.
  • El blanco u objetivo: En el campo bélico, representa un adversario; pero en el emprendimiento, no necesariamente en algo adverso, sino una meta u objetivo, que nos debe llevar a vencer las fuerzas adversas que se levantan para impedirnos llegar a la meta deseada. En la mayoría de los casos, estas resistencias no son externas, sino internas; por lo tanto, debemos aprender a vencer nuestras propias resistencias o barreras internas, como son los pensamientos, las creencias erróneas, las experiencias pasadas y los miedos o temores concomitantes.

A usted le puede parecer un enfoque bélico, con el cual hemos ilustrado el ejercicio del emprendimiento, pero se asombrará al saber, que es precisamente, las guerras y sus diferentes estrategias lo que dio origen a la administración moderna. Y en la práctica, lo que enfrenta un emprendedor es un escenario de alta competencia semejante a la vida en la milicia, en la que se aplican estrategias y tácticas, en las cuales, la victoria dependerá de la eficacia del emprendedor.

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