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Estructura básica de un proyecto

Muchas veces sucede que, luego de la observación de una problemática o en el momento menos esperado; llega a nosotros una genial idea, una solución a determinado problema, empero, no sabemos como estructurarla, como llevarla al papel, organizarla y luego venderla. Las iniciativas gubernamentales, en pos de la promoción de la innovación, del emprendimiento, traducidas en concursos, encuentros de ideas, etc; convierten en un imperativo el conocer por lo menos, la estructura básica de un proyecto, pues, el simple conocimiento de esto, aumentará nuestras posibilidades de triunfo en cualquiera de estos concursos o a la hora de llevar la idea hasta un escenario de realidad.

La articulación de una idea de negocio es distinta en la mayoría de los casos, sin embargo obedece a un orden generalmente aceptado (Título, objetivos, justificación, problema, planteamiento del problema, etc). Hoy, ilustraremos al lector la parte básica de ese esqueleto, consistente en el título, los objetivos y la justificación; conscientes de que ellos son los cimientos de cualquier idea, de tener bien definidos estos tres elementos, lo demás será pan comido.

Título del proyecto

La importancia del título reside en el hecho de conferir identidad a nuestra idea. Establece la línea de tema o problemática que se piensa abordar con la realización del proyecto y debe dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué se pretende hacer (producto, servicio, proceso)?
  • ¿Qué producto, servicio o proceso se puede obtener?
  • ¿Qué utilidad posee el producto, servicio o proceso?
  • ¿Qué población se verá beneficiada con el producto, servicio o proceso?
  • ¿Qué herramienta informática se utiliza para desarrollar el proyecto?

Se debe hacer lo posible porque el título reúna características como brevedad, precisión y puntualidad.

Objetivos del proyecto

Existen dos tipos de objetivos y ambos deben ir implícitos dentro del proyecto. El primero es el Objetivo General y determina el punto central de referencia, responde al ¿Qué? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Quién? ¿Por qué? De la idea de negocio. A partir de este se desprenden los Objetivos Específicos, que son las pequeñas metas que se deben cumplir dentro del tiempo programado, para cumplir lo propuesto en el objetivo general.

Los objetivos deben ser claros, factibles y pertinentes; deben comenzar con un verbo en infinitivo (ar, er, ir) Y todos deben ser coherentes (los específicos deben apuntar al cumplimiento del general).

Justificación

La justificación expresa los resultados que se quieren alcanzar, la finalidad que se desea en función de su aplicación. Responde a los siguientes cuestionamientos:

  • ¿Qué tanto se necesita lo que la idea propone?
  • ¿Quiénes y de qué manera se benefician?
  • ¿Cuál es la finalidad que se persigue con los resultados del proyecto?

Conclusión

Si a la hora de diseñar un proyecto de empresa o idea de negocio tenemos bien definidos estos tres elementos, de seguro lo posterior (planteamiento del problema, marco legal, teórico, conceptual, de referencia, etc) será muy fácil de elaborar.

Es de vital importancia que el título, los objetivos y la justificación guarden coherencia, de eso se trata la articulación, de hacer de ellos algo enfocado en lo mismo; de no ser así, el proyecto será algo confuso e ininteligible por su falta de cohesión.

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