La fama es algo que se puede incluir dentro de los denominados activos intangibles, pues si bien en sí misma no genera como tal una utilidad; es uno de los mejores trampolines hacia el éxito empresarial que existen. Son numerosas las personas famosas, entre las que se cuentan modelos, actrices, actores, deportistas, cantantes y otros artistas; que son conscientes de ello y lo utilizan creando empresas u ofreciendo productos que rápidamente son vendidos e ingresan a la lista de los más solicitados.
Instagram y Twitter son unos de los más claros ejemplos del tema en cuestión, pues, son plataformas desde las que se vende una multitud de productos usando como canal de marketing la imagen y popularidad de sus miembros. Basta con seguir a algunos personajes famosos para darse cuenta de que, recién postean una imagen, ésta se llena de comentarios publicitarios, invitando a quienes miran la imagen a seguir su perfil, comprar ropa, perfumes, cremas, balones y demás cosas que van acordes con el motivo por el cual la dueña de la fotografía es famosa. En otras ocasiones se hace con consentimiento del famoso y se le ofrece un lucro por subir una imagen con algún producto o en algún lugar disfrutando de un servicio, en fin: Son muchas las modalidades publicitarias usadas en estas redes que poco a poco se convierten en tendencia.
Es entonces debido a esto que la gran mayoría de miembros de lo que se llama farándula, cuando abandonan el ejercicio de aquello por lo que se hicieron famosos, se convierten en empresarios; jugada que considero muy hábil de por sí. Jugadores de fútbol retirados, modelos ya pasadas de edad, cantantes que ya no pegan, comediantes que ya no hacen reír y demás; se convierten entonces en propietarios de marcas de cosméticos, restaurantes, escenarios deportivos privados, joyerías y otras; que crecen a cuesta de ese activo tan importante que es la fama.
Y quiero cerrar este post con un poco de humor… ¿Bill Gates ahora domina también el sistema educativo? o_O
