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Mercado de bisutería agrava la crisis

Como algunas ya sabeis este verano tenía 5 bodas! Después de mucho buscar un vestido corto para dos de ellas y no encontrar nada en ninguna tienda física que se adaptara a mi gusto, vi este precioso vestido en la web española de Mintmelon.

No suelo comprar mucha ropa por internet por el tema de tallas y hechuras, pero por el tipo de corte del vestido tenía muchas posibilidades de que me quedara bien, además escribí a la personal shopper de la web, una chica muy simpática que dándole yo mis medidas me aconsejó la talla (ya que estaba dudando entre 2) y acertó de lleno. Además tenía un precio más que fantástico, si a alguna os interesa todavía lo tienen y mucho más barato!un chollo!

Asi fue como me llegó el paquete. Cuidadosamente envuelto y con dos caramelos de detalle, que huelen a mentamelón que da gusto! De hecho los tengo en el armario de ambientador, no veais lo que dura el olor y además es super rico, de hecho el vestido olia igual jeje

Combiné el vestido con estos bonitos y altísimos zapatos de Ángel Alarcón en color negro, no tengo foto pero el bolso de mano también era negro y llevaba 3 lazos. De complementos solo llevaba unos pequeños pendientes de oro blanco y circonitas de mi madre. Hay complementos que visten por sí solos. No hablo de que pasear como a uno Dios le trajo al mundo y colgarse del gazanate un super collar de perlas Chanel o unas gafas rococó de Prada sea suficiente, más bien suficiente para acabar en chirona, pero hay complementos que visten y no complementan.

Entre ellos todas y cada una de la piezas de la Colección de Bisutería Otoño-Invierno 2011/2012 de Lanvin. Y es que colgarse uno de sus collares, ponerse uno de sus brazaletes o pendientes es más que suficiente para epatar aún cuando lo que llevemos encima del cuerpo serrano sean unos vaqueros roídos y una anodida camisa blanca propia de oficinistas. Que me digan sino por favor qué ocurriría con esta maravilla de colgante, propia del orfebre más manitas de la corte y que por obra y gracia de Lanvin podrá acompañarnos aunque cueste más que todo nuestro vestuario y zapatero juntos, y el de nuestros maridos.

Continuamos con obras de bisutería artesanal sólo aptas para poco recatadas. Piezas metálicas, visagras, piedras, a esta pieza no le falta de nada excepto nuestro cuello. ideal para combinarla en uno de nuestros looks años 60 que sí o sí debermos vestir este invierno. Ya os recomendamos las 5 tendencias de moda del invierno para fashionistas que no se complican así que la cosa está más fácil que nunca.

Como reza el título del post, colgada me he quedado al ver esta colección y más colgada seguramente estaré cuando la toque. Sus piezas no tienen término medio, o las odias o las amas ¿cuál es tu postura? Yo sin duda adoro este colgante mezcla rococó mezcla tendencia mad max. Nos vamos a tierras aztecas, a lo étnico, a máscaras de antepasados mitológicos, a divinidades y rituales de magia. Lanvin recorre el mundo y en este collar no planta una máscara que sin duda podremos utilizar a la perfección con la tendencia años 70 que se nos avecina.

Los 40 vuelven a ser nuestros este invierno y Lanvin, nadie mejor que ellos, lo sabe. Por eso ¿por qué no gastarnos los cuartos en dos flores como éstas? Ahorremos en el vestido con falda bombón y mangas jamón que podremos adquirir en Zara y en la estola de pelo sintético que será nuestra en Top Shop, pero este colgante sin duda hará pensar a quien nos ve, que el resto de nuestro vestuario es tan lujoso y de firma como nuestro collar.

Flores para la tendencias romántica, para el look 70 de la película Love Story, para una capa a lo Robin Hood y unas botas mosqueteras que regresan de nuevo, si es que en algún momento se fueron. Un robot, a medio camino entre el futuro y el pasado de las tribus africanas. Y uno de mis favoritos, si el mismísimo Gehry lo viera lo expondría como obra de arte en uno de los museos que ha diseñado. Su color gris antracita, mezclémoslo con un vestido de falda tableada borgoña, con unas botas con pitón y terciopelo de Prada y como remate final nuestra sonrisa.

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