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Negocios con futuro

Creatividad y visión de futuro son las características que mejor definen a un emprendedor de éxito según los expertos. Un emprendedor es una persona que invierte pensando en el futuro, lo que conlleva implícito un cierto riesgo, y por tanto la retribución de la actividad empresarial es mucho más elevada que la de un trabajador por cuenta ajena. Aprender a anticiparse al futuro estudiando la evolución de los gustos y las necesidades de la población y desarrollar la creatividad para poder ofrecer la solución adecuada en el momento oportuno es la clave del éxito del emprendedor.

En estos momentos de crisis  que estamos viviendo, sobre todo en España, ha llegado el momento para  los emprendedores, ya que toda crisis significa un cambio, y precisamente saber anticiparse a la orientación que tome ese cambio es la razón de ser de la actividad del empresario.  La actual crisis, según expertos inversores como George Soros, significa la crisis del estado del bienestar, entendido como construcción social  basada en que el bienestar de los ciudadanos es competencia del estado, ya que según las opiniones más autorizadas en la materia, alcanzar el bienestar es una conquista personal de cada uno en esta vida, llevando implícito un componente de esfuerzo.

Este cambio conceptual, en cuanto a la delimitación de las funciones del estado se refiere, está abriendo un campo de negocios impresionante para la actividad empresarial, que son los negocios relacionados con la previsión. Lógicamente si el estado deja de ser el proveedor del bienestar de los ciudadanos, éstos deberán buscar ese bienestar a través de las opciones que ofrece la iniciativa privada.

Si observamos con un poco de atención el debate que estos días se está dando entre los agentes sociales en España, vemos claramente que se está tratando de eludir el punto clave de la cuestión, ya que se está focalizando el debate en  “la reforma de las pensiones”, cuando en realidad debería estar hablándose de la nueva delimitación de “las funciones del estado”. Y esto porque según las teorías modernas, el estado debe actuar con sujeción al principio de subsidiaridad. Según este principio, el estado solamente debe intervenir en el terreno económico para crear un marco regulador que garantice la justicia del mercado, pero sin asumir competencias que puedan ser realizadas por la iniciativa privada. De este modo ajustándonos al principio de subsidiaridad, la función del estado sería la de garantizar subsidios, pero no pensiones, ya que existen ofertas por parte de la iniciativa privada en el ramo de las pensiones.

Una vez centrada esta cuestión, vemos que las oportunidades de negocios que se abren en este campo son muy amplias, y abarcan desde el asesoramiento en esta materia a los particulares, hasta la gestión de fondos de inversión y de  pensiones, pasando por la protección frente a las diferentes  contingencias que la persona pudiera sufrir a lo largo de su vida laboral. En países económicamente más avanzados ya ha surgido hace años la figura del “life coach” de la que ya he hablado en un post anterior, que sería un profesional capacitado para aconsejar sobre la planificación de la vida a sus clientes, especialmente en el aspecto financiero.  Lógicamente estos profesionales necesitarán una formación especializada en planificación financiera, en técnicas de inversión y en fiscalidad, lo que abre un nuevo campo para los negocios orientados a dar formación a estos profesionales para que puedan desarrollar su actividad profesional en este campo.

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