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Psicología de romper con malos hábitos

Bienvenido a un nuevo artículo. Mi nombre es Osvaldo Acabá, consultor en negocios, y hoy es la segunda parte sobre los hábitos.

La semana pasada hablamos sobre cómo romper con malos hábitos. Fue impresionantemente uno de artículos más leídos en Estrategia Moderna. Muchos de ustedes me respondieron al email diciéndome qué meta quieren lograr.

Por ejemplo:

  • Comenzar algo y terminarlo – Charo.
  • Levantarme más temprano – Angela.
  • Falta de planificación para alcanzar metas – Johanna.
  • Hacer ejercicios todos los días – Raúl.

Todos tenemos algo que queremos lograr, y la ruta más rápida y más efectiva es logrando cambiar malos hábitos por hábitos favorables. El mío es levantarme más temprano (así que estamos todos en el mismo barco).

Antes de comenzar con los siguientes puntos, quiero recordarte los 3 componentes básicos de un hábito:

  • La señal, que es un disparador para comenzar un comportamiento (como cuando comienza a sonar la alarma del reloj despertador).
  • La rutina, que es el comportamiento como tal (como levantarte de la cama).
  • La recompensa, que es el beneficio de tomar esa acción (como una taza de café caliente esperando por ti cuando te levantas de la cama).

Para lograr nuevo hábitos positivos tenemos que trabajar primero con nuestra forma de pensar. Los pensamiento son invisibles, pero tienen la capacidad de cambiar nuestras vidas.

Como dice Henry Ford: «Tanto si crees que puedes, como si crees que no, en ambos casos tienes razón”. Tú eres el que decides tu camino.

Paso 2: Supera los fracasos

Cuando parece que no podemos seguir adelante con nuestras metas y romper con malos hábitos, muchos de nosotros innecesariamente nos castigamos. Pensamos: “Si yo sólo trato más fuerte” o “Si paro de ser tan vago”, entonces yo podría hacer un cambio.

Y cuando no cumplimos, nos sentimos culpables. ¿Por que hacemos esto? La culpabilidad es la emoción menos productiva. No nos ayuda a movernos adelante. Sólo no hace sentir mal.

Vamos a dejar esa culpa. No es nuestra culpa. No somos débiles o incapaces de cambiar. Si no estamos perdiendo peso, o teniendo tiempo de calidad con nuestra familia, o no estamos haciendo lo que queremos con nuestra vida, por lo general es porque no entendemos cómo diseñar nuestros hábitos correctamente.

Así que, antes de movernos a las próximas secciones, decide que durante esta próxima semana te intentarás atrapar a ti mismo cada vez que utilices algún lenguaje de culpabilidad. Luego, en lugar de castigarnos, altera ligeramente tu pensamiento negativo por uno positivo y productivo.

Por ejemplo:

  • En vez de: “Soy tan vago”, intenta: “Soy humano. Todo el mundo pasa por esto”.
  • En vez de: “Voy a fallar”, intenta: “Estaré bien. Incluso si el peor de los casos sucede y yo fallo, nada malo va a pasar”.
  • En vez de decir: “Debería hacer X”, intenta: “Me gustaría hacer X”.
  • En vez de decir: «Yo no soy el tipo de persona que…», intenta decir: «¿Qué sucede si intento hacer…?»

Recuerda: “Tanto si crees que puedes, como si crees que no, en ambos casos tienes razón”.

Una vez internalices esto, vas a hacer que los cambios sean mucho más fáciles y, sobre todo, mucho más divertidos.

Ahora es tu turno

Ya debes tener el hábito que quieres comenzar. Quiero que pienses en varias formas de lograrlo y con cada forma intenta analizar qué pensamiento negativo pasa por tu mente e intenta cambiarlo.

Escríbeme y déjame saber cómo vas en el proceso: ¿Qué pasos vas a tomar para tomar acción? ¿Qué pensamiento negativo para por tu mente? ¿Cómo piensas superarlo?. Leo todos los comentarios, así que estaré pendiente.

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