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4 Estrategias para lidiar con los conflictos dentro de una empresa

Entrar en discusiones o conflictos es tan poco divertido como estar en un embudo de tráfico e igual de estresante. Hará que te salgan canas y no es un desafío, son problemas.

Todas las personas reaccionamos de distinta manera: gritando, asumiendo una posición defensiva, insultado o incluso perdiendo el control de nuestros propios fluidos corporales (llorar, por ejemplo). Ninguna de estas expresiones es la ideal – sobre todo si eres mayor de 10 años (irónicamente hablando) – ya que sólo provocan nuevos conflictos.

En mi empresa (Préstamo por tu coche) aseguramos que un problema no es el motivo real de un conflicto. Más bien, es la forma en que afrontamos el problema la que determinará si hay confrontación o no. Piensa en ello: ¿Cuándo fue la última vez que te enfadaste con alguien y en cambio os hablasteis de una manera sosegada y suave?

Por eso, hoy os traemos cuatro maneras de mejorar en los conflictos que haya en tu empresa. ¡Toma nota!

1. Se directo, pero no intenso.

La próxima vez que estés en una discusión y que esté a punto de ir a peor, busca dos cosas: En primer lugar, escucha tu propio lenguaje. ¿Estás siendo demasiado directo o demasiado pasivo? ¿Estás utilizando palabras mal sonantes? Un exceso de franqueza no es bueno, y será recibido por la otra persona cómo una falta de respeto. La comunicación es importante, pero ser demasiado expresivo puede ser interpretado como amenaza.

En segundo lugar, medir el nivel de intensidad inherente a la discusión. ¿Estás teniendo un tono adecuado de tu voz? Si la respuesta es sí, entonces estás siendo demasiado intenso.

Abogamos por ser una persona “directa, pero no intensa. Y al hacer que los sentimientos de la otra persona se transformen en rabia o dolor, estás haciéndole un flaco favor.

2. Conoce la cultura de la otra persona.

Del mismo modo que el lenguaje connota diferentes significados en diferentes contextos, también lo hace el comportamiento. Muchas culturas asiáticas, por ejemplo, consideran que la confrontación directa es de mala educación. Lo mismo ocurre con la forma en que se percibe un conflicto entre un hombre y una mujer. Si un hombre es demasiado directo con una mujer podría ser visto como un matón. El resultado final es conocer a tus compañeros y sus personalidades.

3. Se consistente.

La confianza se construye cuando las palabras y las acciones se combinan entre sí – de forma coherente. La integridad es establecida por hacer “lo correcto”. No importa lo que haces o no haces, la consistencia es la clave, y es de suma importancia para la construcción de conductas confiables.

4. Pregunta.

A nadie le gusta escuchar una voz todo el rato (esto pasa cuando la consistencia no es buena). Más aún, si esa voz es siempre en el mismo tono y con las mismas premisas. Es un repelente social. En primer lugar, asume una posición de humildad, colocándote a ti mismo en la posición de la otra persona. En segundo lugar, en vez de utilizar una metodología de ataque al hablar, escucha a la otra persona, invocando así una mayor curiosidad. Por último, recuerda que el conflicto debe ser saludable y debe llevar a buen puerto en la resolución de problemas.

Acerca del Autor:

Este articulo fue escrito por Sergio Sánchez

«Trabajé en Préstamo por tu coche.
Estudié en IES Jaume Vicens Vives.
Vivo en Barcelona»

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