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Cómo reducir el gasto de electricidad en el lugar de trabajo

el 10 mayo 2017

Ahorrar en electricidad es una de las formas más fáciles de aumentar la rentabilidad de tu negocio: muchas veces, el costo asociado a los servicios dentro del lugar de trabajo es pasado por alto al momento de considerar los gastos mensuales de una oficina, escondido tras los números derivados de los salarios, los impuestos o el alquiler.

Sin embargo, el ahorro que puede derivar de ciertas prácticas de consumo eficiente puede significar un interesante porcentaje que no pasará desapercibido en el análisis de rentabilidad anual.

La conversión de un espacio de trabajo de habitual a uno de consumo eficiente no es un proceso fácil ni rápido, pero sí uno que vale la pena. Estos son algunos de los pasos a seguir para encaminarse hacia un futuro más energéticamente rentable:

Cómo reducir el gasto de electricidad en el lugar de trabajo

Infórmate

El primer paso para abaratar costos de electricidad es informarte acerca de los tipos de tarifas que ofrece la compañía que suministra el servicio y ver cuál de todas es la más adecuada para reducir el gasto asociado sin sacrificar confort ni funcionalidad en la oficina.

También, es útil informarse acerca de los incentivos de reducción de impuestos que algunos gobiernos otorgan a aquellos negocios que eligen un consumo eficiente, y ver qué requisitos hacen falta cumplir para ser elegible a los mismos.

Realiza una auditoría y una revisión de consumo de electricidad

Muchas compañías de electricidad ofrecen auditorías gratuitas para evaluar el consumo y poder establecer un panorama general de qué tan eficiente es tu espacio de trabajo a la hora de utilizar el suministro eléctrico.

Esta evaluación permitirá conocer los puntos fuertes a enfatizar y los débiles que debes cambiar, y marcará las pautas a seguir en el proceso de conversión.

Otro paso inicial importante es realizar una revisión del consumo y un mantenimiento adecuado de los artefactos eléctricos para saber si están operando correctamente: un funcionamiento defectuoso puede traducirse en fugas energéticas o un consumo mayor del necesario. Para esta tarea contrata un electricista cualificado que pueda realizar la evaluación de modo profesional y seguro

Invierte sabiamente

A la hora de comprar equipamiento para la oficina tal como monitores, ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, neveras o artefactos de aire acondicionado, lo ideal es elegir aquellos de mejor certificación energética. Tal vez el costo inicial sea un poco mayor, pero se irá amortizando a lo largo de los años, traduciéndose en una reducción significativa de la factura de la luz y, por ende, un gran ahorro a largo plazo.

Si tienes equipamiento que no funcione correctamente o tenga más de 10 años, también sería interesante considerar la posibilidad de reemplazarlo por otro más eficiente a nivel energético.

En lo que a acondicionamiento de la temperatura se refiere, se recomienda la adquisición de un termostato programable: este artefacto tiene la capacidad de ajustar automáticamente la temperatura del espacio de trabajo a límites y horarios preestablecidos, evitando excesos de consumo debidos a descuidos o configuración de temperaturas excesivas por parte de los trabajadores.

Implica a tus empleados

Con el auge del consumo responsable y la sustentabilidad, y la cantidad de información que los ampara, no debería resultar demasiado difícil convencer a tus empleados de la importancia de optimizar el uso de energía y establecer una cultura de consumo eficiente en la oficina.

Si bien las grandes modificaciones han de venir de la gerencia, existen ciertas prácticas al alcance de todos: desenchufar los pequeños artefactos que no se usan como cargadores de teléfonos móviles, cafeteras, ventiladores de pie, etc., cerrar puertas y ventanas cuando el aire acondicionado o la calefacción estén en funcionamiento o apagar las luces de los ambientes que no están siendo utilizados. Además de pedirles que lleven a cabo estas pequeñas prácticas, pídeles que compartan las ideas que puedan tener sobre cómo reducir el consumo eléctrico.

Una práctica poco frecuente pero que puede significar un gran ahorro anual es asignarles a tus empleados algunos días al mes para trabajar desde casa: aquellos trabajos que sean factibles de realizar a distancia o por internet no necesariamente han de ser llevados a cabo en la oficina, y esos varios días al mes en que algunos ordenadores y dispositivos extras están apagados por todo el día se traducen en un enorme ahorro anual en la factura de la luz.

Apaga y desenchufa

Aunque no se esté utilizando, cualquier artefacto encendido consume energía, por lo que es importante mantener apagados los aparatos que no se utilizan con asiduidad y configurar aquellos que lo permitan en modo de hibernación o reposo. Casi todos los ordenadores actuales presentan una opción de ahorro de energía que automáticamente activa el modo de reposo cuando no detecta movimiento de las teclas o el cursor.

Además, todo artefacto enchufado a la corriente eléctrica consume energía, esté encendido o no. De manera que todos aquellos artefactos que se utilizan sólo un par de veces al día (la fotocopiadora, el microondas o la cafetera, por ejemplo), han de desenchufarse cuando no se utilicen, y todos los artefactos eléctricos (menos los que han de conservar alimentos, como la nevera, o los que han de necesitarse fuera de hora como el contestador telefónico o la máquina de fax) han de desenchufarse al finalizar la jornada laboral y especialmente durante el fin de semana.

Este pequeño gesto puede traducirse en una diferencia considerable a tu favor en la próxima factura.

Otros consejos fáciles

Algunas otras prácticas que puedes convertir en hábito en tu espacio laboral constituyen pequeños gestos aparentemente insignificantes que, combinados, ejercen un poderoso efecto sobre el ahorro anual de energía eléctrica.

Cambiar las bombillas de luz que sean poco eficientes por aquellas de menor consumo energético, o utilizar un termo para mantener el agua caliente en vez de encender el hervidor eléctrico a cada rato pueden parecer  poca cosa en el día a día, pero no lo parecerán al momento de pagar las cuentas mensuales.

Aislar correctamente puertas y ventanas evitará fugas y mantendrá la temperatura más estable, optimizando el funcionamiento de los aparatos de calefacción o aire acondicionado.

Sacar el máximo provecho de la luz natural con ventanas y espejos, y encender la luz eléctrica sólo cuando sea realmente necesario, también supondrá un interesante ahorro, especialmente en las estaciones de primavera y verano cuando las horas luz son más que las de la jornada laboral.

Otro factor importante que no suele tenerse en cuenta es la limpieza: el polvo y las partículas que flotan en el ambiente pueden depositarse sobre transistores eléctricos y crear una capa que no les permita ventilarse adecuadamente, aumentando el riesgo de mal funcionamiento y por ende de mayor consumo de energía. Una limpieza a fondo periódica del espacio de trabajo, enfocándose principalmente en la acumulación de polvo, se traducirá en una mayor vida útil de los artefactos eléctricos.

En fin, cualquier práctica que puedas aplicar a nivel estructural, personal y colectivo dentro de la empresa,  por más pequeña que sea, influirá positivamente -no sólo en el medio ambiente- sino también al momento de disminuir los gastos y por ende aumentar la rentabilidad de tu negocio. Así que ya sabes, a implementar estos consejos y… el último apaga la luz!

Acerca del Autor: Este articulo fue escrito por StarOfService

Este articulo fue escrito por un profesional con experiencia en estrategia, marketing y negocios, que ha querido compartir sus conocimientos con la comunidad emprendedora.

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