Saltar al contenido

Resumen del libro «Las batallas en el desierto» de José Emilio Pacheco

el 3 diciembre 2018

Por: Luis Velasco

La historia que pasa el umbral de lo ficticio y lo real, describe situaciones traumatizantes de Carlitos, quien protagoniza la novela. La historia se desarrolla sobre un amor imposible; Mariana, madre su mejor amigo Jim quien causa una gran impresión en Carlitos y por quien se obsesiona. Pero un día al no aguantar más, decide escapar de la escuela e ir a ver a Mariana para confesarle su amor, quien lo toma con mucho cariño y describe la imposibilidad de ese amor ante la diferencia de edades, por lo que pide que los dos olviden tal situación.

Cuando en la escuela se descubre que Carlitos no se encontraba; Jim que ya sospechaba la actitud rara de Carlitos menciona que es muy posible que estuviera en su casa y recurren a su mamá para preguntar si se encontraba ahí, Mariana confiesa que había ido a su departamento pero sólo por un libro pero nadie cree esta situación incluso frente a la negativa por parte de Mariana de aceptarlo.

Libro Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco

Cuando este amor puro e inocente se conoce, entran en juego las visiones de una sociedad tonta y burda, incomprensible y llena de tabús. Jim deja de ser su amigo, sus padres lo toman como una persona enferma psicológicamente, en la escuela se burlan de él y en la iglesia asocian su comportamiento a tentaciones del demonio. Mientras que Carlitos, más que los otros, comprende que es un simple amor normal.

Debido a esta incomprensión por parte de sus compañeros de escuela, de su profesor e incluso por su familia es que Carlitos es llevado al psicólogo, a confesiones en la iglesia y es prácticamente encerrado hasta que se cambia de escuela y el paso del tiempo incurre en su vida, alejándose del grupo social en que se encontraba.

La compañía de jabones que ostentaba su padre y que tanto se hundía fue comprada por la competencia y se convierte en Gerente, entonces la historia da un giro de estabilidad hasta que ve a su anterior compañero Rosales con una caja de chicles Adams trabajando en los camiones, si bien trata de esconderse de Carlitos, termina por abordarlo.

Para culminar Carlitos le invita un helado, Rosales quien todavía no ha desayunado prefiere unas tortas. Proceden a platicar sobre el pasado, y ante la exigencia de Carlitos de que le platicara de Jim y Mariana; Rosales comienza a relatar como el allegado del entonces presidente Miguel Alemán y quien Jim decía era su padre, tiene una gran pelea con Mariana al inferir los robos que sucedían en el gobierno, después de una pelea Mariana vuelve a su departamento y se suicida dejando sólo una carta donde explicaba lo sucedido, y Jim tiene que volver a San Francisco con su verdadero Papá.

Carlitos incrédulo e impresionado corre para ver a Mariana sin importar que los demás lo vean y lo vuelvan a tomar por loco y enfermo, pero después de mucho buscar y preguntar a los inquilinos en el edificio; nadie da muestra de que ahí hubiese vivido alguien con el nombre de Jim o Mariana, el anterior portero no se encontraba y corría un aire de misterio en torno Mariana.

Muchos años después; Carlos ya como una persona adulta, viviendo en Estados Unidos hace una retrospectiva de su vida de niño y los traumas que esto significo hasta su momento, aún no sabe si todo eso fue un engaño de la mente, un sueño o realidad, ya nada se ha sabido pero el recuerdo sigue presente y da lugar al texto anteriormente relatado.

Bibliografía:

Pacheco, José Emilio (1981).Las batallas en el desierto, editorial: Tusquets editores,  México, 160 pp.

Este articulo fue escrito por un profesional con experiencia en estrategia, marketing y negocios, que ha querido compartir sus conocimientos con la comunidad emprendedora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comentarios (6)

gracias

Responder

gracias :o)

Responder

también
gracias

Responder

graciaaaaaaaaaaaas me salvo la vida

Responder

a mi igual te amo

Responder

no es el llibro correcto

Responder