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¿Tienes un negocio o estás autoempleado? Aprende la gran diferencia y toma las riendas

Muchas personas llegan a confundir a un profesional autoempleado y a un empresario dueño de un negocio, porque comparten muchas similitudes y a veces se pueden ver cómo lo mismo: ambos deben trabajar duro para mantener su negocio o establecer sus tiempos de trabajo. Sin embargo, no son exactamente iguales y hay varias diferencias entre ambos.

Es importante que conozcas las diferencias y, si tienes dudas de a cuál de los dos grupos perteneces, es probable que no estés adoptando bien tu papel y podría no funcionar como quieres. Así que, aquí te presentamos las diferencias entre ser autoempleado y ser empresario.

El autoempleado o freelance

Un autoempleado o freelance, es aquel profesional que ofrece sus servicios para desarrollar una actividad por un tiempo determinado, usualmente es contratado para el llevar a cabo un proyecto o trabajo en específico. Así que cualquiera que se realice en un trabajo especializado, puede ser un freelance.

A diferencia de un trabajador de una empresa, el freelance debe buscar proyectos por diferentes medios para cobrar un sueldo y en caso de que no se mueva, no cobrará. No así un empleado, que tiene un trabajo fijo y mes a mes recibirá su salario, sin importar que haga mucho o poco trabajo (que lo ideal es que siempre tenga un buen ritmo de trabajo).

Para lo que más se emplean los freelancers es para proyectos de diseño y multimedia, programación, traducción y generación de contenidos. Así que va muy ligado con requerimientos específicos que una empresa no necesita de base, pero sí en ocasiones.

El empresario

El empresario es aquel dueño de un negocio y por lo tanto, tiene bajo su responsabilidad a empleados, la empresa y metas realistas de su negocio. Depende mucho de su planeación para conseguir sus objetivos y así generar ganancias para todos los involucrados.

Así que entre sus virtudes está la de ser un gran líder, ya que deberá motivar a sus empleados para que den lo mejor con la finalidad de alcanzar sus metas. Son los encargados en crear políticas y objetivos claros para sus negocios; además de estar al tanto para que se cumplan en tiempo y forma.

Uno de los atributos que debe tener o desarrollar es el de ser organizados, porque deberán tener un gran control sobre todos los recursos que poseen para alcanzar sus metas; para ello, se valen de herramientas, conocimientos, tácticas y profesionales que les ayuden a mantener el control de todo lo que tienen a su alcance, desde su nómina, trabajadores, inventario, mobiliario, herramientas y todo lo que se les ocurra.

Ambos tienen mucho en común

Quizá ya estás entiendo las diferencias, pero también tienen mucho en común y es por lo que la gente suele confundirse a la hora de nombrarlos, porque comparten ideales, virtudes y se enfrentan a retos similares.

Ambos son su propio jefe. Si preguntas a cualquiera de los dos quién es su jefe, ellos responderán “yo mismo”. Así que son capaces de establecer sus tiempos de trabajo y definir su oficina donde quieran. La responsabilidad más grande que tienen es consigo mismos.

Trabajan de forma remota. Ambos pueden realizar su trabajo desde donde quieran, sin necesidad de estar siempre en la oficina. Pueden conectarse a internet o por teléfono y establecer contacto con sus clientes, empleados y proveedores.

Toman riesgos. Ambos deben ser aventurados después de descubrir el potencial de su trabajo o negocio. Para un freelance arriesgarse traerá como resultado el reconocimiento a su trabajo y por ende más clientes; para un empresario es encontrar una nueva solución que lo haga más competitivo en el negocio.

Son apasionados. Es importante que ambos vean pasión en lugar de trabajo para ser exitosos, los mueve lo que les gusta y por ello se dedican con todo su esfuerzo a ello. Trabajan duro para que todos sus deberes se completen a tiempo y de manera eficiente.

Ambos se enfrentan a lo mismo. Desde cosas administrativas, como el mantener sus finanzas sanas, hasta temas de obligaciones como los temidos pagos de impuestos. Algo que deben aprender a hacer muy bien porque de eso depende el futuro de su trabajo y negocio.

Planean sus ingresos y gastos. Deben ir puliendo sus conocimientos en educación financiera porque les servirán para sobrevivir en los primeros meses, ya que las cosas van a ir cambiando y tendrán que adaptarse con facilidad.

Empresario y freelance se complementan

De acuerdo con un estudio realizado por Workana, una empresa donde se pueden contratar freelancers, el autoempleo está creciendo y en 2018 representó el 22% del mercado laboral en América Latina. Lo que significa que casi una cuarta parte de la fuerza laboral son freelance.

Uno de los factores que impulsa el desarrollo de esta tendencia son las pequeñas y medianas empresas, pues no cuentan entre sus filas con profesionales especializados y así, otorgan la oportunidad de colaborar con tareas puntuales para su negocio, como forma de complementar su equipo de trabajo, ya que la demanda está en crecimiento.

De acuerdo con el Reporte de Trabajo Independiente y Emprendimiento 2018 de Workana, de las empresas que contratan freelance el 54% lo hacen para realizar algunas tareas puntuales para su negocio, el 26% para tener a alguien que los ayude porque trabajan solos, y el 20% los contratan para complementar su equipo de trabajo.

Además, el 94% de las empresas que contratan freelancers tiene entre uno y cinco trabajando con ellos, y el 92% creen que contratar a un freelance ayuda a impulsar su negocio. Es así, como ambos, empresario y autoempleados, se ven como un complemento.

Algo que no hay que olvidar, es que usualmente ser freelance da paso a que te conviertas en empresario, porque tus clientes crecen, tendrás que delegar trabajo e incluso permitiría crear tu propia empresa. Así que, ahora que conoces las diferencias y similitudes entre uno y otro, toma las riendas para destacar en este mercado.

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Acerca del autor: Este artículo fue escrito por Juan Rascón.

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