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30 Formas de reconocer un Trabajador NO Mediocre

Hace algún tiempo publiqué el artículo 30 Formas de reconocer al Trabajador Mediocre. El tema, o más bien el calificativo utilizado despertó mucha controversia, como probablemente era de esperarse. Sigo pensando que en estricto respeto del significado de los términos, el calificativo de Mediocre está bien utilizado en el artículo original. Muchas sombras no existen para el entendimiento de ésa palabra. Tema aparte es, por supuesto, la suspicacia que despierta, porque finalmente muchos estamos al alcance de su significado. Mediocres en realidad somos todos en una u otra forma, caso contrario seríamos seres de luz u oscuridad completa. Mediocre no quiere decir ni malo ni bueno, es precisamente ésa zona gris que se encuentra al medio. Por algún motivo somos más sensibles a que nos digan mediocres en lugar de malos, y hay que entender y estar tranquilos con la interpretación.

En el mundo de los Recursos Humanos y el trabajo el tema es, sin embargo, mucho más serio. El trabajador mediocre no aplica en los intereses organizacionales, no tiene por qué hacerlo, dado que la Organización tiene toda la facultad de elegir los cuadros humanos afines a sus propósitos específicos, y el sentido elemental indica que deberían orientarse hacia los mejores recursos posibles. Por otra parte, y a título individual, ningún trabajador profesional debiera justificar algún rasgo de comportamiento laboral que no sea uno de excelencia. Creo que ése es el parámetro elemental, aun cuando finalmente no se alcance. En términos de la indispensable competitividad que demanda la vida moderna el desempeño profesional muchas veces considerado “extraordinario” debe convertirse en una norma.

El trabajador mediocre existe, y su ejercicio funcional es, por supuesto, culpa y responsabilidad de los empleadores. Algunas de las opiniones recibidas manifestaban que sería apropiado y justo hacer una descripción, con similar detalle, de los rasgos de un Trabajador NO mediocre y la inquietud me parece oportuna. Porque también existe, obviamente, el trabajador NO mediocre, y a él debiéramos ajustarnos todos.

Para ser riguroso en la comparación tuve que fundamentarme en el mismo orden que sigue la nota original y en mucho ayudará al lector remitirse, cada vez que lo vea necesario, al primer artículo.

Detallo 30 formas de reconocer a un trabajador NO mediocre:

1.- El trabajador que NO es mediocre, es útil y aplicado no únicamente en aquello que se le ha asignado, lo es en TODAS las tareas que eventualmente le toque realizar. Él asocia la labor consigo mismo, no vincula la labor con el puesto que se le ha asignado.

2.- Desarrolla sus tareas con responsabilidad porque entiende que ésa es la forma de hacer las cosas y no necesariamente porque ello le evite problemas que lo incomoden.

3.- No necesita supervisión cercana para trabajar en los umbrales superiores de su capacidad. Responde al objetivo planteado, al resultado esperado, y en condiciones de mayor dificultad al desafío íntimo que esto representa para su potencial profesional y personal.

4.- Acompañará al equipo de trabajo el tiempo estricto que demande su aporte al máximo nivel. Cuando perciba que el trabajo le queda “holgado” solicitará que ajusten las exigencias, y si por algún motivo esto no sucede en un periodo razonable de tiempo, abandonará la Organización. El empleado que NO es mediocre engrosa siempre las estadísticas de rotación de personal y no tiene ningún problema en buscar el empleo que finalmente se ajuste al nivel de su desempeño. La rotación de personal es un problema del empleador, no del empleado.

5.- Es celoso con el trabajo que hace porque es SU trabajo y no porque sepa que alguien lo pueda hacer mejor que él. De lo que está consciente es que SIEMPRE existirá alguien que pueda hacer el trabajo de mejor manera y ello obliga a mantener los mejores niveles de calidad posible. Precisamente éste es el carácter de la lid en la que se desenvuelve un PROFESIONAL.

6.- Reclama por el nivel de sus ingresos allá donde corresponde y cuando lo considera pertinente. No hace de esta demanda una conversación “de pasillo”. Por otra parte no realiza el reclamo más de un par de veces. Si la solicitud no es atendida, adopta CONSCIENTEMENTE una de dos posiciones: a) prosigue con su labor por otro tiempo indeterminado como si el suceso no hubiese existido, b) prepara su salida de la Organización. El problema de retribuciones “inapropiadas” no es del empleado, es del empleador, el primero tiene una de dos opciones posibles: se queda o se va.

7.- Cumple, por supuesto, horarios y cronogramas. Y si éstos no se ajustan a la consecución de los resultados esperados, solicita que los revisen. El empleado NO mediocre se encuentra lejos de entender que las “horas extras” son muestras de sacrificio o “identificación” con el trabajo. El trabajo en tiempo “extraordinario” lo asume como la excepción que confirma la regla. Horarios y calendarios equivocados son responsabilidad del empleador y no del buen empleado.

8.- No necesita, bajo ninguna circunstancia, ser una persona “cercana” o “efusiva” con el jefe para contar con una garantía adicional en el puesto de trabajo. El trabajador NO mediocre tiene la convicción que tanto él como el empleador están haciendo un buen Negocio trabajando juntos.

9.- Busca los ascensos de puesto y los espera, y a diferencia del trabajador mediocre no cree para esto en la fortuna y sí en la capacidad y en los resultados presentados. Si eventualmente encuentra que la labor que se le asigna está “más allá” de sus capacidades, es él quien hace notar esto a la Organización, de manera que se ajusten las expectativas o se lo transfiera a otra labor.

10.- No es un mal compañero de trabajo, ¡por supuesto!, pero no porque esto le genere “cobertura”, más bien porque sabe que depende del equipo de trabajo para ser exitoso.

11.- El trabajador NO mediocre Compite Activamente en la Organización. Juega a ganar. Busca y espera reconocimiento a partir de su trabajo, y no tiene ningún resquemor en ser reconocido por delante o por encima de otros. Esto tampoco le genera sentimientos de preocupación o culpa. ¡Razón de Negocio y de Beneficio Organizacional! ¿Acaso no se trata de esto? Mientras se cumplan la reglas y todo se ajuste a lo ético y moral, la competencia no solo está justificada, es completamente necesaria. El resto es un problema del empleador y no del empleado.

12.- Tiene desarrolladas sus habilidades sociales en el marco estricto de lo que demandan sus labores. Más allá de éste punto todo se tratará, eventualmente, de amistades particulares en el trabajo, las cuales por supuesto existen pero como consecuencia y no como origen del buen desempeño profesional. Y si en cualquier caso las amistades no aparecen, bien igualmente.

13.- El empleado NO mediocre es una persona optimista, pesimista, entusiasta, preocupada y frustrada como usted o como yo. Las circunstancias determinan su estado, su capacidad personal y profesional la posibilidad de disfrutarlo o superarlo de acuerdo a lo que se trate.

14.- Su identificación con la Organización “puede” ser muy alta, pero ello depende de la Organización. Su “zona de confort” se encuentra en casa.

15.- El, por supuesto, no inventó el término “zona de confort”, el trabajador mediocre lo hizo. Nada hay cómodo en el trabajo para el empleado que NO es mediocre, por eso precisamente se trata de un trabajo.

16.- No espera “recompensa”, y menos inmediata, por hacer un trabajo “extraordinario” puesto que considera que NADA en su trabajo es ordinario. Conoce perfectamente “la regla de oro”: el que tiene el oro, hace las reglas, y también la regla que sirve para todo lo demás: “si no te gusta te vistes y te vas”.

17.- ¿Rebelde? ¡Por supuesto!, ¿Empleado “difícil”? ¡Siempre! De esta madera está hecha la gente que hace funcionar al mundo. La responsabilidad para que las cosas funcionen adecuadamente es del empleador y no del empleado.

18.- Es posible que tenga muchos estudios en su haber y muchos títulos, ¡o posiblemente no!, pero aquello que sabe y necesita hacer, lo lleva a la práctica mejor que nadie. Esta es la médula del espíritu PROFESIONAL. Doctores, ingenieros y licenciados existen en todas partes, pero un SEÑOR trabajador es otra cosa, tenga o no títulos por delante.

19.- No exigirá ni pedirá que la Organización lo capacite, ¡éste es un problema de la Organización! El trabajador NO mediocre se capacita por él, para él, como quiere y cuando quiere. Si su empleo le proporciona ésa posibilidad la aprovecha como nadie. Si eso involucra disponer de horas adicionales al trabajo, ¡muchas gracias por la oportunidad!, nuevamente: ¡muchas gracias!

20.- “No se puede” es una frase que utiliza una sola vez, cuando debe calificar una tarea que se encuentra más allá de sus posibilidades. No dice “sí se puede” únicamente para que los jefes no se enfaden, pues si el enfado ha de llegar de todas maneras, que sea al inicio y no después de haber perdido tiempo y dinero en una tarea impracticable. “Muy difícil” es una frase que escucha de su hijo que está aprendiendo matemáticas.

21.- Nunca argumenta, ni en público ni en privado, que “nació en el país equivocado” o que él está hecho “para otras realidades”. ¿Existe algo más absurdo que eso? O, finalmente, ¿A quién se estaría planteando el reclamo?

22.- Cuando se habla de Oportunidades, cierra la agenda, apaga el computador y escucha. Ése es uno de los días que espera con ansias.

23.- Tiene una vara muy corta para medirse a sí mismo y una vara amplia para medir a los demás. Su conflicto esencial radica en no tomarse muy en serio a sí mismo. Esta es una de sus debilidades.

24.- El mundo no tiene la obligación de ayudarlo, el mundo es “ancho y ajeno” y nada más. La Sociedad no tiene porqué entenderlo, porque tiempo para eso más es pedir demasiado. En época electoral escucha las promesas de que el Estado lo mantendrá cuando sea viejo y al día siguiente parte para el trabajo como cualquier otro día. Entiende que su Familia lo soporta por amor pero está consciente que él es quién debe sostener sus necesidades.

25.- Mientras que el trabajador mediocre piensa que detrás de cada fortuna existe un “crimen”, él camina libre de culpa en el afán de forjarla. Entre tanto el trabajador mediocre considera que toda persona de éxito es “sospechosa”, él sigue sin entender con precisión lo que éxito realmente es. Y finalmente, mientras muchos a su alrededor piensan que los jefes son “hijitos de papa” o “amigos del dueño”, él se convierte con todo derecho, en el juez de su trabajo.

26.- Para el trabajador NO mediocre, la “milla extra” es parte de la ruta.

27.- Para el trabajador NO mediocre su trabajo es su Negocio, una actividad en la que genera “utilidad, interés y provecho”. Mientras considera que maximiza su Negocio permanece en él. Siempre deja abiertas las opciones que se encuentran “más allá” del estado actual de las cosas. No quiere decir, en absoluto, que el trabajador NO mediocre sea en realidad un Emprendedor potencial que está “invirtiendo” el tiempo de trabajo profesional mientras que toma decisiones de independizarse. Ambas cosas no están vinculadas de ninguna manera. El Emprendimiento por cuenta propia nunca es sinónimo de Buen Profesional o algo por el estilo. Grandes Emprendedores hay por una parte y Grandes Profesionales también. Si existen las coincidencias, existen también las divergencias. Si todos los trabajadores NO mediocres fueran Emprendedores, entonces ¿Quiénes trabajarían para el Emprendedor?

28.- El trabajador NO mediocre empieza la semana de trabajo el día de la semana que el trabajo empieza. ¿Qué día es hoy?

29.- No le gusta, por supuesto, que la Organización en la que trabaja pase por situaciones difíciles, puesto que a nadie le gusta jugar con la camiseta del equipo que pierde. Si así de sencillo es en el universo de lo banal, ¿Cómo no habrá de serlo en algo tan importante?

30.- Finalmente, al leer esto, el trabajador NO mediocre quedará con la idea que alguien quiso, con absoluta pobreza de visión, retratar algunos rasgos de su perfil profesional.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

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