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WAP audiovisual

el 27 julio 2009

Como es costumbre en el blog, hoy domingo quiero dejarles una de las historias de emprendedores que podemos encontrar en el suplemento iEco del diario Clarín.
Hoy nos encontramos con WAP, en la cual Walter Tejblum y su socio arrancaron como especialistas en producción televisiva y luego se transformaron en expertos en videos institucionales. También crean ficción para la pantalla grande.


Películas para empresas

Hacer una película en el sentido clásico, de las que se proyectan en el cine, es a grandes rasgos lo mismo que hacer un spot comercial o un video institucional. Las diferencias comienzan cuando el cliente no es una productora cinematográfica, sino una empresa que necesita dar a conocer su perfil institucional o un nuevo producto.

Walter Tajblum y su socio Maximiliano Polosi empezaron en este negocio como amateurs. Mientras mantenían sus respectivos trabajos, encararon el startup de una empresa de servicios a productores de cine. Pero, como suele suceder, la crisis del 2001 les marcó un punto de inflexión. Los dos se quedaron desempleados y llegó el momento de plantearse cómo reformular el proyecto en común.

“Encontramos la oportunidad de diferenciarnos con un programa de televisión de contenido gay que iba en un canal de Pramer“, rememora Tejblum. Ellos se dedicaban a la producción y el conductor era un hombre que tenía negocios inmobiliarios en Miami, donde también emitía un ciclo sobre venta de condominios de lujo, una actividad que estaba por entonces floreciente. “A esta persona le gustó nuestra manera de trabajar y nos propuso hacer en Buenos Aires la posproducción de ese programa, que salía por la cadena MGM. De esta manera aprovechaba la creatividad argentina y el tipo de cambio favorable”, añade el emprendedor.
WAP nunca dejó la pata cinematográfica del negocio; coprodujo la película Un año sin amor (Anahí Berneri, 2004), así como también El cine de Maite (Federico Palazzo, 2008), y a fin de este año espera estrenará un film más. “Seguimos trabajando y se me ocurrió contactarnos con algunas empresas y ofrecerles servicios de asesoramiento de imagen”. Un video institucional no es un spot televisivo, aunque tiene en común con éste el ser una especie de película corta.
La diferencia es que el video institucional no se pauta como publicidad en medios audiovisuales; es bastante más largo y, en vez de crear un “cuentito” creativo para rematarlo con un slogan pegadizo, lo que hace es exhibir en imágenes y audio, y en forma ordenada y clara, los atributos, los proyectos y, en general, el perfil que la empresa quiere comunicar.
El video institucional, que es el producto más “estándar” que puede ofrecer WAP, también podría ser realizado por una agencia de publicidad. La diferencia entre uno u otro proveedor pasa básicamente, según Tejblum, por los costos.

Precio y atención
“A partir del trabajo que hicimos para algunas empresas de information technology, fuimos generando un know how que nos permitió atender necesidades empresarias de comunicación que tiene que ver con lo audiovisual”, sostiene el emprendedor. “Proponemos una estrategia de comunicación y nos hacemos cargo de la parte de producción que se derive de ella: desde videos institucionales sencillos hasta presentaciones corporativas de productos, ya sea para proveedores, para potenciales clientes o para uso interno”, grafica.
Tejblum sostiene que su diferencia es la integralidad de la propuesta y el precio más bajo, rasgo este último que se potenció más a partir de la crisis financiera global que en la Argentina empezó a sentirse a fines de 2008. “Ahí se notó bien que éramos una opción para clientes chicos que no tenían presupuesto para hacer campañas o generar información fresca. Pero también para compañías grandes que nos contratan por experiencia, costos y el hecho de que tienen contacto directo con nosotros, mientras que en una agencia de publicidad tal vez haya una persona que dentro del organigrama tiene que ocuparse de tu cuenta, y aquel que ejecuta el ordenamiento de la producción tal vez no esté en contacto con el cliente”, concluye.

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Comentarios (2)

Sería bueno que el Sr. Tejblum cumpliera sus promesas. Por ahora su empresa no es confiable.

El Vengador irremediable.

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no te falta razón

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