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Aburrido… al estar en una presentación en público

el 3 octubre 2011

Hoy he ido a una conferencia a la que me habían invitado. Y me he aburrido. Muchísimo. Porqué? No porque el ponente fuera especialmente malo, no era lo que decía, sino cómo lo decía. Y sobre todo, sobre todo, lo que tardaba en decirlo.

El tiempo es oro, y al hablar en publico aún más. No puedes disgregar al hablar en público durante 3 minutos algo que el público ha entendido en 30 segundos. Porque los 2 min 30 segundos restantes me estás poniendo en bandeja que me distraiga.

Fotografía creada por TrinitroX usada bajo una licencia CC BY 2.0

Todo es un tema de percepción. Veamos.

Para un niño pequeño, cada minuto es una hora. Si le castigamos, con estar en el rincón un minuto es como si le castigáramos una hora. Cuando alguien, al hablar en publico, presenta sin rumbo, volvemos atrás, y ese minuto se nos hace eterno. Por eso, tenemos que estar seguros de no disgregar.

¿Cómo lo podemos hacer?

Os propongo un ejercicio, que se puede aplicar a muchas cosas: reducid vuestra presentación a diez segundos. Y os aseguro que no hay nada que no pueda reducirse a diez segundos. A partir de este extremo, puedes ir expandiendo y aprendes a controlar los tiempos. Y a no disgregar al hablar en publico.

Un problema relacionado es pasarse de tiempo. Una regla que te puede ayudar es calcular aproximádamente 30 segundos por diapositiva. Luego añades un 50% y eso es aproximadamente el tiempo que tienes.

Calcula siempre que es mejor quedarse corto que pasarse. Siempre podrás llenar el tiempo que te falta con alguna historia o situación real. Pero si te pasas, me desconecto.

Si quieres más información sobre como hablar en publico, entra en el blog de Mynima.

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